LA PRODUCCIÓN ORGÁNICA Y AGROECOLÓGICA. Hace unos 60 años
en la zona cafetera Colombiana no se empleaba productos tóxicos en las
explotaciones agrícolas obteniendo abundantes cosechas y de máxima calidad; hoy día para lograr
buenas producciones se debe hacer uso de una gran cantidad de sustancias
sintéticas que causan efectos negativos
colaterales incalculables. La acumulación de moléculas en el suelo y el agua es
alarmante; los efectos sobre especies benéficas ya es una problemática que
preocupa constantemente a los científicos; el incremento desmedido de las
enfermedades en personas de las zonas rurales y urbanas alarman a la población
que busca nuevas alternativas para la sana alimentación.
En la agricultura
ecológica no se emplean sustancias sintéticas o tóxicas con efectos multicidas,
nombradas por muchos “los venenos”, denominación más que apropiada. En el escenario de los procesos productivos de este tipo de agricultura
se emplean herramientas sanas para el control de plagas y enfermedades y para
la recuperación de la fertilidad del suelo. Se usan extractos de plantas,
insectos parasitoides y depredadores, microorganismos antagonistas, entomopatógenos
y multitróficos; materia orgánica enriquecida con minerales, biofertilizantes; selección
y protección de arvenses nobles, rotación y asociación de cultivos que se
siembran a la intemperie sin invernaderos;
esta alternativa puede mitigar en
gran parte los efectos negativos de la actividad antrópica; adicionalmente ayuda
a contrarrestar las enfermedades crónicas o de difícil tratamiento, pues los
alimentos obtenidos no están contaminados y poseen una condición nutritiva especial
al ser producidos copiando los principios de la vida, la coevolución y sus múltiples interacciones coligando
funcionalmente a todos los reinos de la naturaleza, acciones que se cumplen subrepticiamente durante millones de años y que
favorecen la óptima alimentación; caso
diferente a la explotación agrícola convencional en la que el proceso
productivo cada vez se torna más artificial, contaminante y destructivo y
complejo para el agricultor. De igual
manera la agricultura agroecológica puede garantizar fácilmente la producción en el tiempo gracias
a la recuperación de la fertilidad del suelo, la coligación multifactorial y a
la trofobiosis que proveen a la planta resistencia al ataque de plagas y
enfermedades; esta misma condición hace que las plantas afronten más fácilmente
las dificultades climáticas por el cambio global y la ayuda a la disminución de
cargas de insumos y beneficio económico para los agricultores; no obstante, la
sociedad debe apoyar e identificar pertinentemente a los agricultores que
trabajan de manera ecológica para establecer un empoderamiento sistemático
entre la producción sana, la comercialización con respeto y el equilibrio
económico del agricultor dado en última instancia, por un precio justo. Todos
estos componentes y estrategias de la producción agroecológica redimirán la
explotación agrícola mundial, pues será el punto de partida para la agricultura
regenerativa.
En la agricultura
ecológica no se emplean sustancias sintéticas o tóxicas con efectos multicidas,
nombradas por muchos “los venenos”, denominación más que apropiada. En el escenario de los procesos productivos de este tipo de agricultura
se emplean herramientas sanas para el control de plagas y enfermedades y para
la recuperación de la fertilidad del suelo. Se usan extractos de plantas,
insectos parasitoides y depredadores, microorganismos antagonistas, entomopatógenos
y multitróficos; materia orgánica enriquecida con minerales, biofertilizantes; selección
y protección de arvenses nobles, rotación y asociación de cultivos que se
siembran a la intemperie sin invernaderos;
esta alternativa puede mitigar en
gran parte los efectos negativos de la actividad antrópica; adicionalmente ayuda
a contrarrestar las enfermedades crónicas o de difícil tratamiento, pues los
alimentos obtenidos no están contaminados y poseen una condición nutritiva especial
al ser producidos copiando los principios de la vida, la coevolución y sus múltiples interacciones coligando
funcionalmente a todos los reinos de la naturaleza, acciones que se cumplen subrepticiamente durante millones de años y que
favorecen la óptima alimentación; caso
diferente a la explotación agrícola convencional en la que el proceso
productivo cada vez se torna más artificial, contaminante y destructivo y
complejo para el agricultor. De igual
manera la agricultura agroecológica puede garantizar fácilmente la producción en el tiempo gracias
a la recuperación de la fertilidad del suelo, la coligación multifactorial y a
la trofobiosis que proveen a la planta resistencia al ataque de plagas y
enfermedades; esta misma condición hace que las plantas afronten más fácilmente
las dificultades climáticas por el cambio global y la ayuda a la disminución de
cargas de insumos y beneficio económico para los agricultores; no obstante, la
sociedad debe apoyar e identificar pertinentemente a los agricultores que
trabajan de manera ecológica para establecer un empoderamiento sistemático
entre la producción sana, la comercialización con respeto y el equilibrio
económico del agricultor dado en última instancia, por un precio justo. Todos
estos componentes y estrategias de la producción agroecológica redimirán la
explotación agrícola mundial, pues será el punto de partida para la agricultura
regenerativa.
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